El cortisol (hidrocortisona) es una hormona esteroidea producida por la glándula suprarrenal. Cuando hay estrés y ansiedad, el cerebro envía una señal a las glándulas adrenales para que liberen la hormona cortisol, de mantenerse este estrés por tiempo prolongado los niveles de cortisol se mantendrán elevados, llegando a producir problemas metabólicos.
Hay que tener en cuenta que el cortisol influye negativamente en la secreción de hormona de crecimiento, tan importante para mantener y aumentar nuestros músculos.
El cortisol hace que el cuerpo libere glucosa en sangre, que se deposita como grasa en el tejido adiposo al no ser utilizada por los músculos en ese momento. También nos puede producir antojos de comer azúcares y grasas, causa una constricción de los vasos sanguíneos y afecta a la conversión de carbohidratos y grasas en energía.
Ejercicios de larga duración, los de resistencia y el sobreentrenamiento producen cortisol y disminuyen los niveles de testosterona, produciendo el catabolismo muscular.
En conclusión, el cortisol es como la suegra que nadie queremos tener……. esta hormona es capaz de hacernos entrar en un estado catabólico, produciéndonos una pérdida de masa muscular a la vez que nos hace ganar tejido adiposo.
Síntomas de niveles elevados de cortisol son:
Cambios del comportamiento
Falta de sentido del humor.
Irritabilidad constante.
Sentimientos de ira.
Ganas de llorar.
Cansancio permanente aunque no hagamos nada.
Dolores de cabeza.
Palpitaciones.
Hipertensión.
Falta de apetito o gula desmesurada.
Problemas digestivos.
Orina frecuente, diarrea o estreñimiento.
Dolores o calambres musculares.
Infertilidad e interrupción de la menstruación.
Pérdida de memoria debido a que los niveles altos de cortisol daña la conexión entre células cerebrales.
Disminución de las defensas.
Algunas pautas que podemos seguir para controlar un poco los niveles de cortisol serian:
Llevar una dieta equilibrada, aportando a nuestro organismo alimentos de calidad de cada grupo.
Tomar alimentos ricos en triptófano como los huevos, leche y cereales integrales. Es un aminoácido que estimula la producción de serotonina, la hormona del bienestar.
Evitar el consumo de bebidas excitantes como el café, refrescos de cola y alcohol.
Eliminar los edulcorantes artificiales, sobre todo el aspartamo que estimula en exceso el funcionamiento de las glándulas suprarrenales.
Dormir y descansar lo suficiente para que las células de nuestro cuerpo se recuperen.
Practicar ejercicios de relajación que nos ayuden a aliviar la tensión.
También podemos tomar algunos suplementos que nos ayudaran a mantener a raya el cortisol:
La fosfatidilserina tiene propiedades supresoras del cortisol.
La vitamina C por sus propiedades antioxidantes atenúa los incrementos del cortisol.
La Vitamina A ayuda a minimizar los niveles de la hormona del estrés.
La acetil-L-carnitina ayuda a prevenir la disminución de testosterona que ocurre durante y despues de una sesión de entrenamiento de resistencia intenso, disminuyendo la respuesta al estrés.
La L-glutamina ayuda a evitar el catabolismo muscular.
El zinc es esencial para la síntesis de testosterona y la producción de hormonas esteroideas.
El té verde contiene L-teanina, que mejora la producción de ondas alfa del cerebro.
El ginseng actúa sobre el cerebro y las glándulas suprarrenales para que dejen de producir las hormonas del estrés.
El regaliz ayuda al buen funcionamiento de las glándulas suprarrenales.
Un saludo.
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